Este me
parece un auto análisis para saber si tengo pluma o no. La clase de ayer fue
otra de las gratas sorpresas no solo porque no investigué quién iba a ser mi
profesor o cuál es su trayectoria, sino también porque él tampoco lo dijo.
Hay que
aclarar que no estamos hablando de términos homosexuales (gays con plumas o sin plumas) como muchos “amigos”
míos quisieran entender. Estamos hablando de saber escribir, del arte de
escribir. ¿Se trata de vocación? ¿De querer hacerlo? Seguramente mediante
ejemplos en este curso buscaremos crear nuestra propia técnica para poder
escribir.
Durante mi
vida escolar y de estudios superiores, viajes, etc. puedo decir que sí me gusta
expresarme a través de un medio escrito. No soy muy extenso en cuanto a tratar
de explicar lo que quiero decir o en extenderme en palabras como lo que
nosotros llamaríamos ´meter floro´. Bailo mucho y hablo poco; tomo mucho y
hablo un poco más. Generalmente soy muy directo y trato de que me entiendan y
comprender diferentes opiniones sin mucho argumento. Eso sí, a no ser que me
agredan y no tengan bases suficientes para comenzar una discusión. Entonces sí
me molesto y empiezo a discutir.
En la primaria
con algunas narraciones les arrancaba sonrisas a las profesoras cuando
escribía. Pero nunca me he sentado, como ahora, a pensar en ello, a creer que
puedo o tengo talento de escribir algo. Mis padres también son de muy pocas
palabras, mi hermano igual. Después lo más cercano es mi abuelo Alfredo, que
aparte de ser un buen artista ebanista, le gusta mucho leer y con él puedes
hablar de la vida, negocios, política, etc. a pesar que creo que no ha
terminado su primaria siento que es una persona muy culta y estoy muy orgulloso
de él por todos sus logros en la vida y el ejemplo que es para todos los
nietos.
El profesor de
este curso de Géneros Periodísticos se llama Manuel Eráusquin Oblitas. Es un
periodista del diario el Correo. La verdad recién me entero de su nombre porque
a pesar de leer noticias todos los días casi nunca me fijo en los periodistas
que están escribiendo la noticia. Mucho menos había leído su nombre en el
tríptico de Isil donde dice lo siguiente: “Editor y columnista del diario
“Correo”. Fue redactor de la revista “Caretas”, y colaborador de las revistas
“Gatopardo” y “Dedo Medio”.
Lo que me
causó más curiosidad la primera clase fue el desagrado y rechazo que tiene el
profesor hacia ciertos colegas. Que imagino debe ser porque no comparte la
opinión o formas de desempeñarse de aquellas personas. Pero, me pregunto ¿si
Jaime Bayly se hubiese sentado en su clase hubiese pasado el curso? O quizá
quiere llevarnos bajo la sombra de “mejores” escritores como Paul Auster o
Jeremías Gamboa que son algunos de los autores que nos está haciendo leer. Sin
duda debe ser lo último.
¿Yo que sé si
Aldo Mariátegui escribe bien o no? Solo
llevo año y medio en Lima y por el resto he vivido en Holanda ocho años
trabajando en hoteles, restaurantes y cafés, haciendo castings o de modelo de
una escuela de pintura. Y tratando sin éxito de estudiar negocios. La vida me
ha enseñado algunas otras cosas poco banales como disfrutar de un buen vino,
preparar una suculenta comida, disfrutar de vacaciones solitarias a cualquier
lugar que vaya. La vida me ha enseñado a que debo ser yo quien permita que se
hable bien o mal de mí. Nadie tiene porque juzgarme a no ser que transgreda la
privacidad de otras personas. Es por eso que saber de mí es difícil y pretender
querer saber más acerca de la vida de las personas me es aún más imposible. Esto
no quiere decir que no analice a las personas, me gustan las personas que
tienen sus propias opiniones, que son sencillas, que disfrutan de las cosas
simples de la vida y escucho y respeto a los que no lo son, que viven felices a
su manera de ser feliz.
Disfruto el
momento, las conversaciones que se dan aunque casi siempre no soy yo él que las
inicia. Siento que a veces estoy solo por la vida, pero me gusta. Siento que no
hay mejor diversión que la que se buscan estando solo, sin amigos. Siempre
habrá algún tiempo importante para los amigos, nunca los olvido ni en sus
fechas más importantes, tal vez no esté con ellos siempre cuando me necesiten
pero trato de hacerlo. Los amigos son importantes para mí, en cuanto a que les
puedo contar mis cosas, todo lo que me pasa, pasar momentos agradables también,
pero tampoco quiero tenerlos cerca mío todo el tiempo. De repente me muera en
la búsqueda del compañero perfecto, pero mientras tanto le doy importancia a mi
familia y pasar los mejores momentos con ellos, a nuestra manera, felices.
Porque en algún momento alguno de nosotros no estará más.
Me considero
un poco egoísta en el sentido que no me dejo escuchar y no dejo escuchar a los
demás, pero no es mi intención, ya soy así aunque quisiera que sea lo
contrario.
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